Cada vez más exigimos que los teléfonos inteligentes reemplacen a otros dispositivos electrónicos. Vemos películas en él como en un televisor, procesamos parámetros básicos de fotos como en una tableta, usamos navegación o una aplicación de grabación de manejo. 

Tal uso intensivo de un teléfono móvil es una causa directa de su sobrecalentamiento. La temperatura de los circuitos integrados instalados dentro de la carcasa aumenta durante la carga pesada. La potencia que el procesador necesita para realizar sus tareas genera pérdidas de energía que muestran calor. Este es un efecto completamente natural que ocurre durante el uso exigente de equipos. Cuando el teléfono termina las operaciones ordenadas, su temperatura debería volver a la normalidad, y organolépticamente no debemos notar ningún síntoma perturbador.